Te
dije que quería vivir. Cada día encuentro más raíces, más lazos que me unen a
esta tierra. Empiezo otra etapa pero me voy tan contenta, tan llena de amor. Me
llevo tantas cartitas, abrazos de los chiquitos, consejos-en-la-liga, almuerzos
filosóficos y luchas infinitas. Me llevo todo el cariño del mundo, me llevo una
vida en tres años.
Sí,
que este año sea así. Que solo encuentre felicidad entre los papeles pisoteados
y la escasez de lamparitas. Que mi sonrisa prevalezca ante las discusiones, que nada me turbe, que nada me espante…
Que pueda ser una lucecita, que quiera querer, que el amor esté siempre presente.
Que siga intentando, que encuentre la fuerza en mi interior, que pueda seguir.
Dos
mil dieciséis es un año plateado, todo nuevo y resplandeciente; me invita a
quererlo, a vivirlo de a poquito. Hay miles de expectativas, hay miles de
sueños que laten. Me esperan mis amigos, me espera gente que no sabe que me
espera (que me espere, que me espere).
Es el año donde comienzo a forjar un futuro, el futuro que le importa a todos (porque yo ya soy alguien, porque mi futuro
ya comenzó). Así que es la esperanza
el motor de esta aventura, esperanza que mueve, esperanza que es la vida.
Que
los diecinueve años me encuentren más sabia, pero también más feliz. Que la
vida no sea tan oscura como en los insomnios. Quiero aprender, no quiero dejar
de ser quien soy. Quiero cuidarme, quiero quererme, quiero triunfar, quiero
viajar. Que el inevitable envejecimiento no pare mis deseos de expandirse, de
crecer, de luchar. Quiero trabajar, quiero ser voluntaria, quiero llenarme de
todas las experiencias posibles. Quiero salir a bailar, quiero leer hasta que
se haga tarde. Quiero encontrar a alguien con quien compartir mis gustos,
quiero quererme aun sola. Quiero ser tan cliché como pueda, quiero creerme
única e irrepetible. Quiero ser yo con la intensidad de diez mil estrellas, quiero
querer con la fuerza de cien vendavales.
No
quiero parar, no quiero descansar, no quiero ser una pieza más. No quiero
alienarme, no quiero caer en
estereotipos gastados. No quiero jugar a saberlo todo, no quiero creer en
falacias. No quiero arriesgarme inútilmente, no quiero caer en la soberbia. No
quiero vivir a base de prejuicios, no quiero querer sin conocer.
Y que la vida me
encuentre bailando, riendo, soñando, leyendo. Que la vida me encuentre en una
esquinita iluminada, sola o acompañada, feliz.
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