un poquito más feliz

2 feb 2016

Otra vez me pasás a buscar y antes de arrancar, me preguntás cordialmente hacia dónde quiero ir. Te digo que no tengo idea, que la indecisión es una de mis características más destacadas, que vayamos donde te guste. Proponés un café cerca de tu casa (en la otra punta del mundo) en el que hacen ricas medialunas. Lo hacés sonar el lugar más bonito del mundo y te digo vamos para allá. Y vamos, y charlamos en el auto, contamos qué fue de nosotros durante el día, reímos, me mirás de reojo, nos volvemos a reír.

Eventualmente llegamos y nos sentamos adentro, algo nos dice que va a llover. Continuamos la charla, me explicás cosas inentendibles, me hacés reír. Cubrimos todos los temas del universo, nada puede quedar afuera: astrología, tu carrera, la religión de tus amigos, lo que me dijo mi abuela alguna vez. Son pequeños fragmentos de nuestras vidas, cositas que nos hacen ser un poco más nosotros. Y te escucho, te escucho (quizá quiera escucharte todos los días) y todo es un poquito más feliz cuando estamos cerca.

Decidimos ir al Parque Central. Nos sentamos en algún banco, nos miramos en silencio. Cabe decir que es un silencio precioso, de esos que anteceden a las palabras importantes. Te pregunto por qué decidiste invitarme ese primer sábado. Vos me mirás a los ojos y decís me gustás. Silencios que anteceden palabras importantes, dije recién.

Qué bonito empezar a querernos. Intentás darme un beso y todavía no es el momento indicado. Así que no. Pero decido tomarte la mano, porque en mi mente, las manos son una declaración de amor. Dibujo círculos con mis dedos, me decís que te gusta eso, y pensé que estaba siendo muy lento. Y no, está bien, esto es perfecto así como es.

Nos reunieron las casualidades: el llegar de viaje, los amigos en común, la invitación inesperada, que todo se haya alineado para poder decir que sí. Casi como si estuviéramos destinados a encontrarnos. De una forma u otra, acá estamos y solo tenemos vida por delante. (mirá si nuestros caminos iban a terminar por cruzarse)

Es tarde y no puedo dejar de mirarte. Sos tan lindo cuando algo te emociona. Te doy un beso en la mejilla, vos volvés a sonreír. Estamos sentados bajo un árbol y llueve. Quizá este sea el  momento apropiado (estamos un poco solos en el mundo). Aprovecho el silencio, nos fundimos en un beso. Benditas mariposas, chispitas y todo lo que pasó para que pudiéramos vernos hoy. Caminamos abrazados, me besás al entrar al auto. Me besás, me besás, me besás. Hoy empezamos un camino nuevo en nuestras vidas.

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